28/5/15

La Verdad


A la gente de mi alrededor le sorprendió bastante cuando la mañana del pasado 12 de marzo (de 2015 por si un despistado lector se le ocurre entrar a este rincón oscuro de internet en años posteriores) mi ánimo decayó como si hubiera sufrido un golpe bastante duro. En ese momento me enteraba del fallecimiento de Terry Pratchett.

Este escritor británico me acompañó en los momentos más solitarios de mi vida, y el simple y mero hecho de compar tantos libros suyos como pudiera (y que lamentablemente dejé de hacer hace un tiempo) nunca jamás equiparará la ayuda y compañía que su fértil imaginación me han dado. Así que, con un largo retraso, pero ínfimo en los dominios de tu amiga MUERTE, muchísimas gracias Terry. La tortuga de mueve

Pero no es una disertación sobre lo que ha significado Pratchett para mi sobre lo que quiero escribir, ni homenajearle, que eso ya lo han hecho de mucho mejor forma personas mucho más duchas en las letras que un servidor, sino para comentar la última novela de su puño y letra que he leído: La Verdad.

William De Worde es un chico que hace funciones de escriba en la pintoresca (a falta de encontrar una palabra qu la defina mejor) ciudad de Ank-Morpork. También hace funciones de informador a las familias más importantes del extranjero y con ello va obteniendo un mísero salario que le da para vivir en la ciudad gobernada por Lord Vetinari.

El destino le unirá al enano Buenamontaña, empeñado en conseguir convertir el plomo en oro... con una prensa. Junto a este enano y la obsesión que tiene la verdad en perseguir a nuestro protagonista acabará naciendo el primer periódico de todo el Mundodisco, y como toda novedad, acabarán sucediendo "cosas" a su alrededor.

Siguiendo la saga de invenciones en el Mundodisco como Soul Music o Imágenes en Acción, donde se introdujeron el rock y el cine respectivamente, ahora le llega el turno a la prensa, y apoyándose en esta idea Pratchett da forma a un relato que por una parte es una investigación sobre un crimen, y por otra una crítica mordaz a lo que debe ser la prensa, lo que es el amarillismo y, ante todo, lo que la gente reclama pero sin embargo no quiere consumir.

Todo gira con la trama de investigación, entrelazándose con los personajes de la guardia, donde se dan a entender los intereses de una autoridad que trata esclarecer hechos y otra que trata de desvelarlos, mientras nuestra mente sigue siendo bombardeada con otro tipo de críticas mucho más sutiles y común en muchas obras del genio británico.

Sin embargo he encontrado esta novela mucho más amarga que el grueso de su obra anterior. Si bien podríamos tomar "Dioses Menores" como la obra más dura como crítica (y sin embargo cuenta con el personaje con más candor del Mundodisco), ésta no le anda mucho a la zaga, y es que deja algunas reflexiones respecto a la sociedad harto pesimistas, que, al estar combinada con la sonrisa permantente y la carcajada ocasional acaban dejando una sensación bastante perturbadora.

Sin embargo la conclusión a la que se llega tras devorar todas y cada una de sus páginas siempre será única: es una historia excelente, narrada con ritmo y es imposible despegarse de ella. Como gran parte de la obra de este genio. Le echaremos mucho de menos Sir Pratchett.

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