28/12/15

Star Wars: La pochosidad de la fuerza


8 días después de su estreno, cuando ya no podía aguantar más las ganas de verla, pude asistir al pase de la útima película (por el momento) de una de las sagas que más he disfrutado (repetidamente) desde mi más tierna infancia. No tengo ningún rubor en reconocer que Star Wars, como Indiana Jones y Regreso al Futuro fueron las películas que me iniciaron en el cine, y aunque mi gusto se ha ampliado afortunadamente, sigo revisinándolas con bastante frecuencia, y además disfrutándolas pese a saber casi al dedillo todos sus diálogos.

No voy a negar que las precuelas de la saga de los huevos de oro de George Lucas me desconectaron bastante, sobre todo el desastroso a todos los efectos Episodio II, donde se decidió ningunear la trama interesante protagonizada por Obi-Wan para dar bola al mayor error de casting de los últimos tiempos: Anakin Skywalker. Los episodios I y III, pese a no emocionarme como la trilogía original, tiene ciertos momentos rescatables, pese a Jar Jar Binks en una película (también teníamos EWOKS en una entrega mejor valorada) y la subnormalidad galopante de Padmé Amidala en la otra (no, esto no tiene justificación salvo el... shit happens).

Sin embargo los comentarios y críticas acerca de este Episodio VII hacían presagiar que me iba a encontrar con algo superior a las precuelas de Lucas, una vuelta a las aventuras de antaño con un antagonista a la altura... Mi error al creérmelo fue no recordar que eso mismo se dijo sobre la ahora vilipendiada La Amenaza Fantasma.

No voy a cortarme un pelo con los spoilers, así que ya sabéis que va a ocurir a partir de ahora.