5/2/10

Asturias, mi mejor viaje.

Bueno, comencemos diciendo que este viaje data del puente de la inmaculada, me mola comentar las cosas cuando están de rabiosa actualidad como se puede comprobar, y en un principio no iba a hacer ninguna reseña (no la hago nunca de los lugares que he ido) pero hoy a tocado renovación de cd's en el coche y me he puesto uno en concreto que me ha hecho aflorar recuerdos y enlazarlos, y sí, Asturias ha sido mi mejor viaje con mi novia, y todo esto porque es el lugar español que mas recuerda paisajísticamente hablando a Irlanda (lo poco que pude ver de ella mejor dicho).

Hay varias cosas que llaman la atención del camino a Nueva de Llanes (la población donde estuvimos alojados), lo primero es que el paisaje adopta un cambio radical en la llegada a Cantabria para cojer la autovía de Oviedo, los pueblos se distancian, y el color predominante es el verde. Cuando pasas cerca del Cantábrico no ves playas, ves calitas con su correspondiente formación rocosa rodeándola, menuda diferencia a las playas del mediterráneo, no se si se masificarán igual, pero ciertamente al menos son mas agradables a la vista. La cala que acompaña a esta foto está a escasos 2 km de Nueva, un pueblecito que merece su propio párrafo.

Y es que Nueva es un pueblo de escasos 90 habitantes, bien comunicado con Llanes y Ribadesella y a 30 minutos de los Picos de Europa. El hotel no estaba precisamente bien señalizado, y además la carretera estaba medio escondida en el acceso a un pequeño grupo de casonas donde ni de coña cabían dos coches, pero merecía la pena dar vueltas y vueltas para encontrarlo cuando al día siguiente al despertar nos encontramos con la estampa que podéis ver, ¡¡¡¡¡y además sin la desventaja de un amanecer a las 5AM como me pasaba en Celbridge!!!!! (dormía en un cuarto con la persiana rota y un ventanal gigante). Abrías la ventana y sólo oías a los pajaritos mientras se te congelaban los huevecillos (y eso que me salieron unos días estupendos), eso sí, dormir estuvo complicado, es jodido conciliar el sueño con tanto silencio.

Y llegamos a la parte que más me gustó del viaje (a parte de la comida, no es mas barata que Valencia, pero jooooooder que raciones), la subida a los lagos de Covadonga. No creo exagerar que todo aquel que tenga un buen uso de sus piernas (porque le harán falta) DEBE visitar ese lugar. No he visto en España un lugar que pueda comparársele en belleza (claro que no he visitado aún los Pirineos así que puedo estar metiendo la gamba). Las formaciones rocosas, las vistas de los diferentes picos nevados, el agua cristalina de los lagos, los riachuelos, las casitas de los pastores, las muy abundantes vacas... bueno, esto último mejor lo omitimos. Creo que cuando te has habituado a la vida de ciudad ver un paisaje así impacta mas, y, aún a riesgo de sonar a cursilada, relaja enormemente. Hubo un momento en que nos sentamos a ver el lago Enol durante 15 minutos simplemente por la tranquilidad que nos transmitía.

Posteriormente bajamos al pueblecito, Covadonga, lugar donde está el santuario de la virgen de ídem excavado en la roca. Lugar de descanso de Don Pelayo, rey de Castilla, y lugar donde había una basílica moderna, del siglo XIX, que, como es habitual en estas construcciones, llamaba mucho la atención por fuera, pero por dentro defraudaba. No pido que sean Notre-Dame todas las iglesias (esa es... especial), pero podrían acercarse a la impresionante Catedral de Morella.

En fin, un lugar a visitar y donde perderse, y sobre todo relajarse. Parezco un panfleto pero recomiendo este viaje a todo el mundo.

Ah, la canción que comentaba al principio es la siguiente:



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