Sweeney Todd

No es ninguna novedad el saber que Tim Burton es uno de mis directores mas admirados junto a Spielberg y Nolan, el trío que ha conseguido que todas las películas que he visto suyas me hayan gustado (aunque, sinceramente, el que mas me está entusiasmando últimamente es Nolan). El último proyecto estrenado del extravagante Burton fue un musical, género que no me llama mucho la atención, y al final no fui a ver "Sweeney Todd" al cine. Por fortuna he deshecho el error en DVD.

Acostumbrado al tenebrismo de este realizador, y la imaginación que derrocha en todo momento sabía que la puesta en escena me iba a fascinar, y así fue. Londres luce gótico y tétrico y a la vez hermoso, tan hermoso como puede ser un lugar que da la impresión de ser la vivienda de monstruos comeniños. Sin embargo no me esperaba este tipo de película, donde ningún personaje cae bien (los jóvenes románticos son muebles así que no cuentan), son todos unos hijos de la grandísima puta, de forma que la película no puede acabar bien, como todas las películas de Burton, y su humor desde luego iba a ser mucho mas retorcido... y con ese cambio de registro Burton vuelve a triunfar.

Los 108 minutos de metraje no se hacen pesados, y pese a que el 80% es cantado, las canciones no empalagan (excepto cierta escena bajo una ventana... realmente sobrante) y es curioso cierto contraste entre lo que ves y lo que oyes (para rajar cuellos... una canción romántica). Seguramente la hubiera disfrutado mas como una película convencional, ya que, como he dicho antes, los musicales se me hacen pesados, pero la potencia visual y la historia consiguieron tenerme interesado.

Y qué decir del reparto, Depp en su linea, genial, demostrando que él y Christian Bale son los mejores actores de Hollywood actualmente, o al menos los que mejor están eligiendo los papeles más sabiamente. Si además juntamos al protagonista al director que mas jugo le saca... pues tenemos otro personaje mítico para la colección, a añadir a Willie Wonka, o Eduardo Manostijeras. Bonham Carter hace de co-protagonista, y con su cara de chalada ya tenía medio papel conseguido, con su voz de chalada ha conseguido el otro medio.

Si nos ponemos a mirar a los secundarios no podemos sino estar tan contentos como con los protagonistas, con Alan Rickman haciendo de cabrón y el alguacil (no me se el nombre del actor, lo siento) siendo un personaje estereotipado tirando a caricaturizado (joder, si parece que se lo que digo). Mención especial para el chiquillo, el mejor cantante de la película y con mucho desparpajo ante la cámara.

En definitiva, una película trágica, sangrienta y de personajes cabrones que no deja títere con cabeza. Pese a ello tiene golpes de humor negrísimo y no es incómoda para el espectador, y, sin ser de lo mejor de Tim Burton, es una gran película.

100% recomendada