Podría comenzar hablando del buen partido del Valencia contra el
Ser pivote defensivo en un equipo de fútbol es muy desagradecido, cuando fallas eres, junto al portero, el jugador que mas se nota, pero si estás acertado eres el jugador invisible. Buena prueba de ello es el caso de su competidor en el puesto, David Albelda, culpable y señalado en los momentos en que el equipo no daba la talla contra el Málaga y Racing (30 y 45 minutos respectivamente) y ninguneado (y en ocasiones vapuleado según filias y fobias del aficionado) cuando el equipo funcionaba. Pues bien, ayer, un turco fue invisible 90 minutos, nadie lo considerará el crack del partido (excepto Sempere, de la Taula Esportiva) pero si el Valencia funcionó fue porque Topal (ayudado de un sacrificado Tino Costa) funcionó.
Hablemos claro, las gradas de Mestalla le estaban esperando. El controvertido David Albelda tiene a la afición dividida (yo no soy de los que le atizan en cualquier ocasión, no estoy ciego como una parte de la afición), y además tiene una edad en la que hay que gestionar muy bien los esfuerzos. Como he comentado antes, sus bajones físicos en el transcurso del partido marcan claramente el dominio del mismo, y ante esa circunstancia ayer Topal dio un golpe sobre la mesa, se dio a conocer ante los compañeros y presentó candidatura para tomar el relevo del que fue uno de los mejores mediocentros defensivos de Europa y ahora trata de dosificarse para hacer una buena función, aunque jamás llegará a los recitales defensivos que llegó a dar.
En fin, simplemente decir que Topal era el jugador que esperábamos, y que espero que por fin, con su trabajo, volvamos a tener uno de los mejores centros del campo de la liga española.
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