Todos los aficionados a los juegos buscamos lo mismo que cuando vamos al cine a ver una película, queremos estar entretenidos durante un tiempo y sentir que no tiramos el dinero a la basura. Ésto no es muy complejo de conseguir, por suerte hay muchos juegos buenos (algunos maltratados por la crítica), pero el acabar un juego y que te haya calado y pienses en las ganas que tienes en volver a comenzar una partida hay pocos, esos juegos (Little Big Adventure, Grim Fandango, Final Fantasy VII y VIII, God of War, Beyond Good & Evil...) son los que calan, los que disfrutas de verdad y se cargan la escala de valores que te has preestablecido. Hacen que grandes obras maestras como Metal Gear o Bioshok (hablando siempre subjetivamente) se queden un escalón por debajo de ellos; Devil May Cry 4 ha entrado en mi clasificación de los elegidos.
La historia de DMC comenzó con la PS2, Capcom intentaba crear un clon de Resident Evil y le salió un Beat'em Up con toques de aventura con un protagonista carismático y demonio a la vez, había nacido una estrella... y una saga.
Las tres entregas para la negra de sony nos narraban la historia de Dante, un cazademonios hijo del caballero oscuro Sparda, para hacer frente a diversos enemigos como Mundus (un archidemonio del inframundo), un magnate del cual prefiero no acordarme y su propio hermano Virgil en la precuela que fue su tercera entrega.
La calidad de las distintas entregas era bastante dispar, la primera sentó las bases de un nuevo género, la segunda fue desastrosa, pues no conservaba nada ni del espíritu ni del carisma de la primera parte, y la tercera fue una vuelta a los orígenes con un plus de dificultad y chulería, pero siendo excelente de todas formas.
Y ahora llega a la nueva generación la cuarta parte, donde es un mas de lo mismo pero mejorado gracias a la inclusión de un nuevo personaje, Nero, y su Devil Bringer, un nuevo modo de lucha que asegura combos interminables y ataques demoledores.
GRAFICOSLa primera impresión que da este DMC en cuanto lo vemos en pantalla es que la evolución tecnológica no le ha afectado en demasía. Si bien tiene mas pulidos los detalles de los personajes y las sombras dinámicas, en imágenes estáticas no seríamos capaces de ver un gran salto de (por ejemplo) el DMC3 al DMC4. Todo ésto salta por los aires al verlo en movimiento, con todos los combos posibles, o las CG's, hechas con el motor del juego, con una suavidad inaudita.
Mención aparte merecen los jefes, auténticos mastodontes con movimientos suaves y nada ortopédicos, haciendo que los combates contra los mismos sean tremendamente impactantes desde el punto de vista gráfico. Y todo sin ninguna caída del framerate a una velocidad endiablada.
SONIDOMusica techno/metal para las peleas machacona y repetitiva y una ENORME banda sonora para el desarrollo de la historia, melancólica y con un tema principal pegadizo que recordaremos tras finalizar el juego. El juego siempre está bien acompañado por su BSO, adaptándose a cada situación (exploración, combate, escena CG) y cumple con creces.
El doblaje es muy apropiado (en inglés) y cada voz se adapta correctamente a su personaje. Los sonidos, como mandan los cánones, cumple sin ninguna pega.
JUGABILIDADEl punto fuerte del juego es lo que eres capaz de hacer con poco tiempo de práctica. El control no es para nada engorroso, y se ha suavizado mucho la forma de enlazar los distintos golpes de los que dispondremos con cada personaje. La gran suavidad y velocidad del juego ayuda a disfrutar aun mas si cabe las escaramuzas contra decenas de enemigos, mas variados de lo habitual, y de las zonas de habilidad.
CONCLUSIONBuenos gráficos + buena BSO + buen sistema de juego crean un buen juego. Si a eso le añadimos una historia sencilla pero efectiva y unos muy buenos personajes (A Dante y Trish ya los conocíamos, pero Nero es una agradable sorpresa) creamos un juego para el recuerdo, del cual puedo decir (a pesar de que seguramente me linchen por este comentario) que me ha enganchado y gustado mas que las 3 entregas anteriores.
Un saludo.
